Principado de Asturias
Universidad de Oviedo

 

III.- CONCLUSIONES.

Desde la óptica del usuario de Casas de Aldea, tenemos que reflejar la importancia que supone la Demanda Interna en el Turismo Rural de Asturias, es decir, la de los propios asturianos, que representan un alto porcentaje de clientes. Además, son consumidores en temporada Baja y de Fin de semana, la estación más “difícil” para esta oferta tan dependiente de la climatología y variabilidad de los clientes. Por tanto, hay que dedicar una especial atención a este mercado ya que proporciona unos substanciales niveles de sostenibilidad al Turismo Rural en determinados momentos trascendentales como es la temporada Baja.

En cuanto al Turismo Receptor es necesario trabajar para incrementar relativa y cuantitativamente su participación en la demanda. Un aumento que tendría que darse no tanto en temporadas de máxima ocupación sino más bien actuar con medidas concretas hacia los periodos de más baja utilización.  Para ello se debería hacer un esfuerzo en intervenir sobre las variables de comercialización y distribución. Es un error considerar que existe una buena comercialización basándose en tener sólo una buena publicidad. Podemos realizar unas importantes y costosas campañas publicitarias (por parte de la administración autonómica, municipal e incluso individual, del propio empresario) pero eso se tiene que reflejar posteriormente en la atracción de turistas y, por consiguiente, lograr el objetivo final que no es otro sino aumentar las cifras de ventas del sector o del establecimiento según el caso. De acuerdo con los datos de la encuesta de demanda, los resultados obtenidos de la publicidad son buenos por lo que el trabajo realizado hasta la fecha ha tenido su fruto.

No obstante, hay que apuntar que todavía existe un alto porcentaje de visitantes de Casas de Aldea que no fue tocado por la publicidad sobre nuestra región. Tal y como dijimos anteriormente, esa publicidad debe ir acompañada de una correcta comercialización del producto y el diseño de una política de ventas coherente, ya que todavía existen limitaciones sobre todo cuando nos encontramos con una fuerte dependencia de los viajes autoorganizados, es decir, hablamos de viajes mayoritariamente planificados y diseñados por el propio turista (búsqueda de información, planificación, reservas,..., todo realizado por el propio viajero). Esa dependencia acarrea serios problemas, sobre todo en temporada Baja debido a posibles cambios de los clientes con anulaciones de reservas sin aviso (en muchos casos carentes de comisiones de anulación y en otros por no poder sustituir a tiempo al cliente por otro) con la consiguiente incertidumbre sobre el negocio en términos de ventas, ingresos, y sobre todo de gestión, ya que estos avatares influyen en elementos como las compras de inputs, limpieza, servicios de calefacción y comidas entre otros.

Una alternativa a los problemas anteriormente mencionados es el trabajar con canales de distribución indirectos como las agencias de viajes o las centrales de información y reservas. A tenor de los resultados del análisis de oferta, casi un 66% de las Casas de Aldea  no operan con agencias de viajes, lo que viene a confirmar los datos de demanda sobre los viajes autoorganizados y, por tanto, las posibilidades de desarrollo de este sector todavía no presente en los grandes canales de la distribución de viajes. Una mayor presencia en estos sistemas, aunque limita la autonomía del negocio en cuanto a su política de precio, puede permitir la accesibilidad del producto al cliente potencial (que busca la información de forma autónoma) así como un incremento en las ventas y la disminución de incertidumbre. En ocasiones también puede realizarse una venta anticipada del producto a cambio de un precio, siendo el distribuidor el encargado de su comercialización con el consiguiente ahorro para el empresario trasladando el riesgo al canal de distribución.

Es vital para el sector trabajar decididamente en lograr un mayor acercamiento de la oferta al cliente, es decir, hacer lo más accesible posible el producto al mercado, para así favorecer el conocimiento preliminar de la oferta y una comercialización previa tratando de realizar la venta del producto con antelación, para luego durante su consumo fidelizar al cliente por medio de la calidad de sus tangibles (infraestructuras de alojamiento,... ) e intangibles (trato, servicio,... ).

En cuanto a la estructura de alojamientos, hemos de señalar que se está trabajando en la modernización de las infraestructuras y en la mejora de la gestión interna del negocio. No obstante, y siguiendo la línea anteriormente mencionada, es necesario y fundamental para el desarrollo del sector que los empresarios realicen grandes esfuerzos en desarrollar la administración de sus negocios desde una óptica empresarial y de servicio al cliente, prestando atención a determinadas variables como medios de pago, sistemas de reserva, el equipamiento con medios informáticos y de comunicaciones para la gestión pero todo ello también necesita ir acompañado de una formación adecuada para su correcto uso. Es preciso incidir en la exigencia de aumentar la formación de los empleados, sin olvidar que actualmente predomina el autoempleo y, por consiguiente, no deben excluirse los propios empresarios de esas necesidades de formación. Para lograr la profesionalización del sector, los empresarios y sus trabajadores deben recibir la formación adecuada, ya que estamos ante una actividad micro-empresarial en el entorno rural, con numerosas subvenciones derivadas de los problemas agrícolas y donde los titulares de los establecimientos proceden en muchos casos de la actividad agrícola, sin formación específica en turismo ni en técnicas de gestión empresarial. Una gestión adecuada por parte de las administraciones de las subvenciones (para evitar posibles fraudes) y un apoyo directo y enérgico a la formación son elementos imprescindibles para sentar unas bases sólidas dentro del marco de sostenibilidad de la actividad turística.

Los clientes de Turismo Rural ya no son sólo personas que se alojan en un establecimiento situado en un pueblo y pasean por los alrededores. Actualmente la demanda presenta necesidades de ocio, de actividades dentro del medio rural, lo que ha supuesto el desarrollo en los últimos años de una oferta complementaria a la estancia, con actividades de Turismo Activo, como rutas ecuestres, senderismo y deportes de aventura entre otras, y también actividades lúdico-culturales a través de pequeños museos y centros de interpretación. No obstante y a razón de los datos analizados, debe preguntarse él por qué de esas diferencias entre las necesidades del cliente y las cifras de contratación que arroja la encuesta de demanda. Cómo son las condiciones de acceso de la demanda a la oferta y que planteamientos futuros debemos hacernos. Es necesario que esas actividades estén a disposición del cliente en las condiciones y momento oportuno. Juegan un especial papel, cuando hablamos de museos o centros culturales, los horarios de apertura y atención al público (no cerrar un sábado por la tarde cuando es el mejor día para visitarlo por parte del turista, mientras esta abierto entre semana sin apenas visitas). También es importante trabajar en la variable comunicación. Que las empresas hagan llegar al turista la información siempre en el lugar adecuado (establecimiento de alojamiento, hostelería), facilitando el estímulo necesario y no sea el cliente quién se interese por la misma ya que de esa forma puede desincentivarse la posible realización de actividades (no le guste preguntar, falta de información concreta,...). Sería interesante preparar al gerente y al personal del alojamiento dotándoles de los conocimientos mínimos necesarios de las actividades, horarios, forma de acceso, para que así pueda informar a su cliente lo más exacta y precisa posible.

 Las actividades o servicios externos a la estancia en el establecimiento permite al empresario tener unos elementos de diferenciación importantes ante el cliente, además de beneficios, sinergias en la propia explotación o con otras empresas prestatarias de estos servicios, así como la posibilidad de alcanzar determinadas economías de escala y de alcance. La diversificación en las actividades de ocio y lúdico-culturales permiten generar elementos de atracción de nuevos visitantes y elementos de fidelización de clientes ya que suscitan un interés en el consumidor, en este caso el turista, para el regreso y disfrute de esas actividades.

Es necesario pues, la expansión del beneficio de los turistas de Casas de Aldea a la oferta complementaria intentando así incrementar el beneficio turístico global, al aumentar: las visitas a rutas turísticas, las visitas a monumentos y museos y la realización de actividades deportivas y de recreo dentro del Turismo Activo.

Es preciso plantearse una pregunta: “si un turista ya está satisfecho, ya vio todo lo que tenía que ver, realizo todas las actividades posibles, que le queda para regresar al destino?. Entre muchas respuestas tenemos:

·       Vuelve por el entorno natural. Entonces hay que realizar un esfuerzo en la sostenibilidad medioambiental.

·       Vuelve por el alojamiento. El empresario deberá trabajar en términos de calidad de servicio.

·       Vuelve por que le queda algo por descubrir o ver. Se debe actuar en términos de recuperación de elementos patrimoniales, culturales, fiestas populares, tradiciones.

·       Vuelve por que quiere realizar actividades deportivas. Se debe trabajar en este caso en la variedad y accesibilidad del producto al cliente.

Por último no se debe olvidar que el Entorno Natural y Cultural de Asturias, y no sólo para los clientes de Casas de Aldea sino también para el turismo general de Asturias, es el punto fuerte del mismo. Es pues necesario acometer, desde las distintas administraciones con competencias en turismo, tanto en el ámbito local como regional o estatal, las actuaciones necesarias para proteger el Medioambiente con unos criterios de desarrollo turístico sostenible.

Por lo que respecta a la oferta de Casas de Aldea es esencial reflexionar sobre el incremento desmesurado de la misma en determinadas zonas. Es posible que algunos pueblos o comarcas se llegue a una saturación de oferta que implique un incremento de competencia muy fuerte, sobre todo en temporada Baja y donde la ocupación se reparte por toda Asturias, lo que podría implicar cierres temporales de establecimientos. También podría desvirtuarse el objetivo inicial de Turismo Rural de complementar las actividades agrícolas con el turismo.

No obstante, esto no implica que se haya tocado techo en el crecimiento del Turismo Rural en Asturias. La distribución actual de la oferta refleja que existen en Asturias numerosos municipios con enormes potencialidades, capaces de albergar instalaciones de este producto turístico, en donde, además, no hay apenas presencia de otros tipos de establecimientos de alojamiento. Se debería pues empezar a diseñar un desarrollo de Turismo Rural de ámbito global, con la potenciación de zonas deprimidas ruralmente o sin apenas infraestructuras turísticas y no seguir inyectando fondos en zonas ya desarrolladas turísticamente.